Ruta Úbeda y Baeza
Podía caminar.
Un órgano silencioso desviaba la mirada de las altas cúpulas que parecían no tener fin.
Las estatuas nos observaban ir hacia el sol.
Escaleras antiguas y escaleras de caracol para subir al cielo y bajar a las profundidades.
Enormes campanas parecían oscilar en el abismo.
Un poema en el campo.
Nuestros pies encuentran los pasos que un día andó el poeta.
Y así, como falsa tullida, se hizo de noche.
Un órgano silencioso desviaba la mirada de las altas cúpulas que parecían no tener fin.
Las estatuas nos observaban ir hacia el sol.
Escaleras antiguas y escaleras de caracol para subir al cielo y bajar a las profundidades.
Enormes campanas parecían oscilar en el abismo.
Un poema en el campo.
Nuestros pies encuentran los pasos que un día andó el poeta.
Y así, como falsa tullida, se hizo de noche.
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