Reto 3: días en el museo (relato inspirado en Borges)
Me gustaba pasar los días en el museo, era interesante observar a las personas contemplar el arte, llegaba a resultarme más entretenido que ver las propias obras. Cada fin de semana, me sentaba en alguno de los bancos y podía quedarme allí durante horas enteras, con el simple objetivo de mirarlo todo. Fue por aquel entonces cuando llegó al museo un cuadro que se convirtió en leyenda. Se decía que aquel que examinara la pintura atentamente, podría ver reflejado su auténtico ser en esta. Por esta razón, desde que llegó al museo se convirtió en el objeto de atención de todos los visitantes. El lienzo en sí no era demasiado llamativo, representaba un paisaje nocturno, con ruinas antiguas que parecían ser romanas o griegas, por el tipo de columnas que aparecían; las luces de algunas farolas dejaban atisbar una iluminación pobre dentro de aquel lugar emblemático, además de una luna excesivamente grande y unas estrellas que no parecían formar parte del cielo, sino estar simplemente de a...